Es necesario entrenarnos para aprender a ser nosotros mismos quienes pensamos y no dejar que sean otros quienes piensan y deciden por nosotros. Debemos ser conscientes del potencial que tenemos, un potencial que no solo nos permite, sino que constantemente nos exige cuestionarnos lo que nos ocurre, preguntarnos el por qué de las cosas y luchar por formar nuestra propia identidad.
Es cierto que la obediencia es algo fundamental y necesario desde que somos pequeños, pero debemos tener claro que ser obedientes no quiere decir acatar órdenes y seguir los pasos de otro sin cuestionarnos absolutamente nada. Es imprescindible que a medida que crecemos vayamos construyendo nuestro propio criterio. Un criterio que debe estar basado en la experiencia y en todo lo que hemos vivido. Este criterio será una herramienta imprescindible a la hora de enfrentarnos al mundo que nos rodea y a sus ideas. Debemos saber que este criterio requiere de esfuerzo. No podemos pretender que de un día para otro aparezca sin más, sino que tenemos la obligación de informarnos, leer, estudiar y contrastar lo que pensamos para conseguir un criterio sólido.
¿Nos cuestionamos las cosas?
Muchas veces tenemos pensamientos, ideas o costumbres que hemos interiorizado por inercia o por hábito. Pero es realmente importante pararnos y caer en la cuenta de si todo eso que ya pertenece a nuestro modo de ser y de pensar es algo que realmente hemos reflexionado y decidido tener en cuenta o si, por lo contrario, es algo que ni siquiera nos hemos planteado nunca y, a pesar de ello, forma parte de nuestra identidad.

